lunes, 2 de julio de 2012

+

Atrapada.
Así me siento, entre dos fuerzas contrapuestas e iguales que luchan en mi interior, tomando en mi cansado corazón su campo de batalla.

A un lado, todo lo que sentí un día y cuyos restos me cubren como harapos sangrantes; a otro un torbellino de dolor y rabia que a veces me sitia y golpea con fuerza...

Supongo que necesito creer que hay un gran paisaje cuando miro a un terreno totalmente desierto; incluso quiero hacerlo, creer, pero me siento impotente, indolente.

Como si mis muros hubiesen caído y hubieran sido barridas hasta las cenizas que dejaron al desplomarse. Vacía...

No tenía que ser así, ¡no tenías que hacerlo así!
Dejarme partida en dos, cubierta de heridas profundas, con los restos de mi confianza muerta a mi alrededor y con un horizonte despejado de nubes de sueños.

Y vuelven los golpes de frente de los dos gigantes en mis adentros; sin que se sepa quién gana pero sí quién pierde más a cada golpe: yo.