jueves, 28 de junio de 2012

Cielo de tormenta

¿Y si sólo soy el reflejo parecido de lo que un día quisiste?
¿Seré esa sombra de, esa esperanza (valga la irónica redundancia)de no haberlo perdido completamente?
O puede que sea como un corcho en el mar, únicamente un vaso de agua en un desierto.

Algo que no llega a florecer nunca, porque no tiene raíz.
¿Y quién lo sabe? Yo no, desde luego.
Y la amargura de volver a sentir que no soy de ninguna parte, que nunca es suficiente y que siempre voy dos pasos por detrás me roba las noches, el aire y la sonrisa.

Vuelvo a sentir que se acerca, la tormenta con la que sueño de noche empieza a forjarse en mí... no sé qué más hacer para evitarla, me descubro a mí misma el secreto de que no soy suficiente para pararla. Y mis pies se niegan a andar ya.

~

Tiempo lento, demasiado lento.
Deja de dilatarte en mis pulmones, que no puedo respirar...

miércoles, 27 de junio de 2012

Y si...

¿Y si...?
¿Y si todas esas palabras que me callo terminasen por volverse contra mí?
¿Si todos los sentimientos que intento callar y desterrar luego vienen más grandes a por mí?
Si el malestar se acabase multiplicando...
O si dejo de entender el por qué sigo aquí.

Inexplicable para mí ahora, ahora que soy una contradicción caminante.
Es todo tan contrapuesto... y a veces quiero bajarme de esta montaña rusa, pero a veces no. ¿Hasta dónde llegará mi curiosidad? ¿Superará a la más fuerte de mis emociones actuales? Esperar para ver, supongo. Tiempo, para variar...
Un amigo cruel que me remite a dos opuestos todo el tiempo: amor y dolor.

Asistir desde la lejanía a un nacimiento nunca fue tan emocionante y doloroso al mismo tiempo. Demasiadas implicaciones como para sólo sentirme feliz de ello.
Y en estos momentos, en los que la tristeza me apresa, es cuando me siento un ser peor.
Y lo peor es que esta vez no hay carrera que me alivie.

lunes, 25 de junio de 2012

Exhalación

La pregunta que nunca me formulaste, y que a ambos nos hace sentir así es sí, sí me llegan...

¿Te llegará a tí la voluntad que forjas hasta el final de tu camino? No un final, que final no hay, sino hasta ese punto que me prometiste...
Hoy, he aprendido una cosa. La diferencia entre querer algo de verdad y tener un deseo sobre algo. Son cosas distintas, que la mayoría del mundo confunde. Deseo con toda mi alma que a tí no te pase, y que si lo hace lo sepas ver y rectificar...

Llego a un punto en el que descubro mis límites emocionales, incluso físicos; nunca había sabido realmente hasta dónde puedo soportar. Menos ahora, ahora sí camino por ellos vertiginosamente rápido, y sólo cuento con mi voluntad para no caer al otro lado...

Te preguntas si me llegarán tus latidos. Cómo no van a llegarme, si fueron lo que un día me dibujaba la sonrisa por la mañana y me la mantenían durante todo el día...
Yo me pregunto si caerás en el desánimo y lo fácil. Quiero ver de qué pasta estás hecho, y hasta dónde puedes llevar un sueño aunque creas que es imposible.
¿Recuerdas aquello de "No me importa si es difícil, quiero saber si es posible"? Sé hasta dónde llego yo, ¿serás capaz de venir?

El mundo no para, no se detiene a esperarnos. Y cuando más cansados estamos, es cuando más se exige de nosotros. Todos decidimos si nos quedamos sentados o continuamos aunque duela, es lo que realmente distingue a las personas...
Aunque la duda ahora me esté asfixiando.

miércoles, 20 de junio de 2012

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Vuelven las noches y los días llenos de ansiedad,
se han desenterrado de mi memoria y llegan dispuestos a quedarse...

Niebla

Tiempo, lento.
Susurros que se escapan de mi piel, de mi ser.
Horas en demasía por delante de este nudo en el pecho que no afloja.
Y otra vez el tiempo, lento.
Haciendo que los minutos pesen, que pasen ante mis ojos mirándolos ir y sin saber qué decir.

¿Perdida? No. Sólo desarmada, aunque esta vez al menos me tuve el detalle de querer.
Me parecen estos minutos angustiosos los mismos que un día tuve atragantados, es como si ya los conociera.
Pero esta vez no pongo resistencia; este mismo tiempo que ahora me ahoga será el que responda mis preguntas más apremiantes.
Y el mismo que confío que no me deje coger resentimientos.

Aunque demasiadas y discordantes emociones asolan ahora mi cabeza, que no para un segundo.
Lo he entendido, ahora lo sé: debo dejar marchar a los reflejos de estrellas doradas, que ya no tienen cabida aquí y sólo me vuelven a traer nudos ansiosos en el pecho.

Tiempo, y espacio. Incertidumbre. Espero que no te pierdas otra vez en la niebla.