lunes, 24 de mayo de 2010

Say good bye...

Humedad fría en contacto con mis rodillas cruzadas sobre el suelo,
Las suelas de mis bambos miran en contraria dirección,
y yo juego a alinear por vigésima vez los dedos de mis manos.

Un mechón de pelo azota mi cara en el viento,
viento saturado de agua en movimiento,
mientras las luces de la ciudad a lo lejos
se hacen borrosas e intermitentes,
majestuosas e impersonales.

Negro el cielo sobre mí,
negra oscuridad sentada conmigo,
cogidas de su inexistente mano
y besándonos, metafísicas ambas.

¿Dudas?
No están... se han marchado.
Cada beso a mi eterna amante
desgaja un pedazo de mí,
en dolorosa y liberadora acción;

rota toda,
con mis fragmentos en el suelo,
no siento nada, doy el control completo
a los truenos y la lluvia de este paisaje
que es para mí; que vivía en mí,
mientras los pedazos de lo que creo ser
resbalan por mi cara en forma de lágrimas
al deshacerse los nudos de la ignorancia;

No es la muerte, es poesía con alas.

jueves, 20 de mayo de 2010

Llueve...

Y ahora… dime tú qué.

Sigo esperando para ver cuándo será la última vez que te escriba…

Aunque jamás lo sepas, ni lo leerás.

Imágenes cortadas vienen a mi cabeza, un poco borrosas por el tiempo y por las lágrimas turbias que cayeron encima de cada recuerdo;

Momentos aislados que nunca fueron un todo, que jamás formaron parte de un “Nuestro”, para ti nunca existí como esa referencia sólida que está presente en tu cabeza…

Se me acaba la frustración lentamente, siento cómo apuro lo poco que queda en esta copa de fracasos para mí, mientras me reseco aún más por dentro, quedando las cicatrices en mi madera, a la que ya no alegrará ni el sol.

Vomito sobre las teclas un sentimiento sustitutivo de la rabia, ayudada por las únicas compañeras incorpóreas que pueden comprender y aliviar este desaliento sin inicio ni fin: notas de música.

Música, que me ayuda a no morir aún mientras vivo; que me traen sensaciones, pero que ya no pueden tampoco hacerme llorar…

Y contemplo impasible el camino en el que estás, sin moverme, en el mismo sitio en el que un día te pedí ayuda con una mirada y tú… tú no volviste a mirar.

Nunca vuelves a mirar, ni a pensar, ni a querer.

Y quizá lo que me haga daño sea el saber que anidaste en mí para marcharte cuando todo estaba listo; cuando dediqué la mejor de mis sonrisas a la pared que había detrás de ti.

También cuando di mis besos más sinceros a un cuerpo que sólo quería sexo; cuando conté cosas tan mías en momentos al parecer cualquieras; cuando te dije tantas veces “Te quiero”, convencida de que como a ti, no volveré a querer a nadie; cuando puse nuestra amistad por encima incluso de mis límites,

Cuando esperé mensajes tuyos hasta las 4 de la madrugada, mensajes que nunca llegaron y que yo necesitaba.

Cuand o te abrazaba desde el corazón y tú sólo con los brazos; cuando te miraba mientras dormías, cuando encontraba tesoros en tus ojos, cuando me bastaba tenerte cerca para no poder respirar, cuando te enseñé lo mejor de mí y me ignoraste, cuando yo intenté construir algo sólido y tú sólo me dabas escombros; todas las veces que no creíste en mí, todas las que te reíste, todas las que te olvidaste, todas las que te dieron igual, todas las que no pensaste en las consecuencias, todas las que hiciste por interés, las que fueron moneda de cambio por un polvo, cuando yo te di porque me salía de dentro y tú me lo devolviste todo, cuando te necesité para hablar y tú me diste un portazo, cuando yo puse amor y tú un calentón, cuando necesité saber qué era para ti y fui el puto último mono, cuando la besaste, cuando estuve ahí, cuando fuimos 3, cuando no querías fotos nuestras, cuando estudié contigo, cuando te demostré que estaría ahí y tú me miraste de reojo, cuando rechazaste los lazos conmigo, cuando el orgullo valió más que yo para ti, cuando te escribía cosas y tú me las comprabas, cuando rompí el puzle que hice para ti, y ni preguntaste; cuando pasé esos 2 meses…

Cuando me dijiste que no confiabas en mí, cuando necesitaste pensar qué sentías por mí, cuando fui el pañuelo del bolsillo que una vez lleno de mocos se tira, por tanto y tanto esfuerzo de mi parte para conseguir NADA,

Cuando tuviste miedo de mí, cuando desesperé y tú no hiciste nada; cuando te quise con rabia y tú… tú estabas probando.

Por todo esto, y más que ya no digo, no tengas el valor de preguntarme qué ha pasado.

Saldrás de mi vida al final, y aunque no todo ha sido asi obviamente, estos recuerdos son los que me poblan la mente ahora, y no quiero recordar los demás.

No de momento. Tras 3 meses ya sólo me queda vacío.

Ni canciones, ni Scrat, ni piano, ni cerdos, ni cariño.

¿Lo peor? Fue en parte mi elección.

¿Lo mejor? La intensidad con la que una vez sentí que estaba viva.

Y no diré adiós, bastardo, porque siempre eres la maldita penúltima copa.

martes, 18 de mayo de 2010

El retorno

Ha vuelto... está aquí.
La mano que vive dentro de mi pecho,
apretándome las vísceras cuando no lo espero...
está aquí.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Y vuelvo a ser un loco, para sobrevivir a la locura de la vida...
Pero es que se está tan bien respirando con el rocío de la mañana,
tumbada bajo el 4º árbol,
sobre todas las luces de la ciudad...
se está tan bien aquí arriba,
sin dejarme perturbar por nada ajeno y extraño,
por todas las cosas que no saben, que no sabrán,
que no viven, que no sienten, no así...
Hoy, queridas costumbres sociales incuestionadas,
hoy, os abandono a vuestra suerte.
No volveréis a cortarme las alas otra vez,
no después de este día.
Y uff... ahora sí me siento libre,
libre de buscar el camino que yo elija,
sin peso a mis espaldas..
Libre, sí.

martes, 11 de mayo de 2010

Porque los sueños viajan con el viento... y en aire no hay fronteras.

lunes, 10 de mayo de 2010

La tormenta del tiempo

"Y bien, dígame, qué le pasa?"
- Pues verá doctor, veo cosas...
"¿Cosas? ¿A qué tipo de cosas se está refiriendo, a sucesos paranormales quizá?"
-No... todo lo contrario, más bien. Son cosas tan simples... que cuando las veo y las cuento me toman por loco, doctor.
"Vaya... Habrá que profundizar en ello. ¿Y usted podría decirme si son algo bueno o malo?"
Pues... son simples... no lo sé. No me hacen daño.
"Bien, y, si no le hacen daño, ¿dónde está el problema?"
- En que ellas no son dañinas, pero me acaban haciendo daño igual por otros mecanismos.
"Mmm... Parece un caso grave. No entiendo muy bien lo que me está diciendo... ¿podría repetirlo, más claramente?"
-No importa, doctor, no esperaba que lo entendiese.
Buenas tardes, y gracias de todas formas. Cerraré la puerta al salir...