domingo, 14 de febrero de 2010

te veo...

(Leer mientras se escucha http://www.youtube.com/watch?v=rbTozgoj90Q&feature=related)

El dedo en el labio suavemente apoyado
susurra unos puntos suspensivos,
Fondo y paisaje de blanco cristalino se visten
en el amanecer, el pájaro de hielo planea sobre las hojas muertas
de este suelo ocre semi sin vida cubierto por el manto glaciar
de este bello invierno, creando nuevas formas con el agua
desprendida del sollozo del hielo,
No hay viento esta vez, no fuera, ni dentro...
El movimiento se congela en este ambiente de perfecta y helada estática,
incapaz de inspirar y romper las capas de fría majestuosidad
en la estampa creada por la belleza de esta muerte silenciosa
que reposa tras cada árbol, ojos cerrados y corazón detenido.

Copos geométricos de nieve caen de las alturas,
depositándose sobre la silueta del hada
que no huyó, y erguida sobre un pie
mantiene su ser en ese frío mundo,
viviendo por los sonidos de los tintineos
de los copos congelados que oscilan y chocan,
otorgando melodía a semejante estampa;
la estampa que un día ardía y bullía, llena de vida
y velocidad; la misma que el hielo reclamó un día
enviando a sus gélidos vientos y congeladas montañas,
enfriando el calor y ahuyentando las llamas.

Todo quedó para sí, hecho a su modo y semejanza,
donde un día brilló el sol, hoy refleja su luz en los cristales;
donde había un respirar, quedan notas suspendidas en el aire...

Paradoja legendaria y cíclica,
retorno y marcha del ser,
vagabundo de ambos mundos
y exiliado de ambos...

Y aun así, si levanta la cabeza y mira
la magnitud de este todo,
llorará en silencio,
consciente de que no puede compender,
y mudo de admiración.

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