lunes, 25 de junio de 2012

Exhalación

La pregunta que nunca me formulaste, y que a ambos nos hace sentir así es sí, sí me llegan...

¿Te llegará a tí la voluntad que forjas hasta el final de tu camino? No un final, que final no hay, sino hasta ese punto que me prometiste...
Hoy, he aprendido una cosa. La diferencia entre querer algo de verdad y tener un deseo sobre algo. Son cosas distintas, que la mayoría del mundo confunde. Deseo con toda mi alma que a tí no te pase, y que si lo hace lo sepas ver y rectificar...

Llego a un punto en el que descubro mis límites emocionales, incluso físicos; nunca había sabido realmente hasta dónde puedo soportar. Menos ahora, ahora sí camino por ellos vertiginosamente rápido, y sólo cuento con mi voluntad para no caer al otro lado...

Te preguntas si me llegarán tus latidos. Cómo no van a llegarme, si fueron lo que un día me dibujaba la sonrisa por la mañana y me la mantenían durante todo el día...
Yo me pregunto si caerás en el desánimo y lo fácil. Quiero ver de qué pasta estás hecho, y hasta dónde puedes llevar un sueño aunque creas que es imposible.
¿Recuerdas aquello de "No me importa si es difícil, quiero saber si es posible"? Sé hasta dónde llego yo, ¿serás capaz de venir?

El mundo no para, no se detiene a esperarnos. Y cuando más cansados estamos, es cuando más se exige de nosotros. Todos decidimos si nos quedamos sentados o continuamos aunque duela, es lo que realmente distingue a las personas...
Aunque la duda ahora me esté asfixiando.

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