¿Y si sólo soy el reflejo parecido de lo que un día quisiste?
¿Seré esa sombra de, esa esperanza (valga la irónica redundancia)de no haberlo perdido completamente?
O puede que sea como un corcho en el mar, únicamente un vaso de agua en un desierto.
Algo que no llega a florecer nunca, porque no tiene raíz.
¿Y quién lo sabe? Yo no, desde luego.
Y la amargura de volver a sentir que no soy de ninguna parte, que nunca es suficiente y que siempre voy dos pasos por detrás me roba las noches, el aire y la sonrisa.
Vuelvo a sentir que se acerca, la tormenta con la que sueño de noche empieza a forjarse en mí... no sé qué más hacer para evitarla, me descubro a mí misma el secreto de que no soy suficiente para pararla. Y mis pies se niegan a andar ya.
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