jueves, 15 de enero de 2009

Antártida

Hoy
escribo sin saber
(como siempre)
cómo acabará esta misiva
(que no es tal)
sin destinatario
ni mensaje.
La sensación predominante hoy es la de una mano estrujándome
con cariño todos los metros de intestino que pueda abarcar.
Parece que me hayan tirado una piedra
alejándome de todo lugar
en el que me gustaría estar
y hasta ahora estaba a gusto.
Como si me hubieran dicho "zape"! o me persiguieran con puños blancos
para ver mejor el color de mi sangre tras la paliza de siempre.
Repudiada, por entes que tienen menos alma que verguënza.
Engañada, por creer en sus palabras.
Dolida, porque soy jilipollas y no me decido a aprender.
Ahora mismo me gustaría tirarme por encima una jarra de agua helada,
para tensar todos mis músculos y asegurarme de que sigo aquí,
de que nadie me ha robado para luego tirarme del maletero del coche con una patada.
El veneno de las palabras hoy no me sale para vosotros,
hoy me intoxica a mí
de una forma dulce, no obstante.
Me gustaría despertar mañana en una glaciación;
a ver si el frío intenso os hace explotar el cerebro.
Tengo curiosidad en saber cómo os comportaríais después.
Qué motivaciones guiarían vuestros actos..
Qué naturaleza es en realidad la que subyace en el fondo de tanta mierda.
Tengo sueño...
mañana no me pondré el despertador.

1 comentario:

  1. Sal de ese maletero de un puñetazo. No dejes que otros sean los que te echan el agua fría. TÚ sé tu propio despertador. Y observa esa glaciación desde el único sitio cálido que haya, riéndote de aquel desastre.

    Besa el cielo.

    ----

    Sí, es más de Nietzsche. Al fin y al cabo, sobre el hombre estoy YO.

    #47

    ResponderEliminar